lunes, 8 de mayo de 2006

En busqueda de una energía eficiente.


En Búsqueda de la Energía Eficiente


Por J. C. González


En el debate en torno al cambio climático existe un malentendido esencial. Los expertos de ambos lados del Atlántico claman que por proteger el clima de la tierra se forzará un sacrificio entre el medio ambiente y la economía. De acuerdo con estos expertos, quemando menos combustible fósil disminuiremos o evitaremos el calentamiento global pero incrementaremos el costo de las necesidades de los servicios energéticos, los cuales incluyen todo, desde un transporte más rápido hasta unas duchas calientes. Los ambientalistas dicen que el costo podría ser modestamente alto pero lo vale; mientras que los escépticos advierten que los gastos extras podrían ser prohibitivos. Pero ambos lados están equivocados. Si procedemos correctamente la protección del clima podría actualmente reducir los costos, pero no incrementarlos. Utilizando una energía más eficiente, ésta ofrece una bonanza económica – no es a causa de los beneficios de detener el calentamiento global sino que ahorrar combustible fósil es mucho más económico que comprarlo.

Si como dicen los expertos la energía eficiente tiene mucho potencial, ¿por qué no se la busca? Un obstáculo es debido a que mucha gente ha confundido la eficiencia (hacer más con menos) con reducción, incomodidad o privación (haciendo menos o haciéndolo mal). Otro obstáculo es debido a los usuarios de la energía pues no reconocen como pueden ellos beneficiarse mucho al perfeccionar la eficiencia, debido a que el ahorro de energía viene dado en millones de pequeñas cosas invisibles y no en cosas grandes. A mucha gente le falta el tiempo y la atención para aprender acerca de técnicas modernas de eficiencia, las cuales se desarrollan tan rápidamente que aún los expertos no pueden seguirlas. Además los subsidios procedentes de los fondos de los contribuyentes han producido que la energía sea vista como barata.

El aumento de la eficiencia es el paso más vital hacia la creación de un sistema de energía con un clima seguro, pero intercambiando hacia el uso de combustibles que emitan menos carbono hacia la atmósfera también jugarán un rol muy importante. La economía mundial esta actualmente descarbonizándose: sobre los pasados dos siglos, pues los combustibles ricos en carbono tal como el carbón han dado paso a los combustibles con menos carbono (petróleo y gas natural) o sin carbón (fuentes renovables tales como energía solar y eólica). Hoy en día menos de un tercio de los átomos de combustible fósil quemados son carbono; el resto son hidrógeno que protegen el clima. Esta tendencia hacia la descarbonización esta reforzada por el uso de mayores eficiencias en convertir, distribuir y utilizar la energía; por ejemplo, combinando la producción de calor y electricidad uno puede extraer dos veces más trabajo útil de cada tonelada de carbono emitido hacia la atmósfera. Junto con estos avances se podría dramáticamente reducir el total de emisiones de carbono hacia el 2050 aún cuando la economía global crezca.

La Revolución de la Eficiencia

Muchos productos son energéticamente eficientes, cuando salen por primera vez al mercado son costosos y exóticos, luego se convierten en baratos y corrientes. Por ejemplo, los controles electrónicos de velocidad, son producidos en masa tan baratos que muchos proveedores los regalan con cada motor. Las lámparas fluorescentes compactas costaban más de 20 dólares dos décadas atrás pero ahora solamente cuestan entre 2 a 5 dólares; éstas utilizan menos del 75 a 80% de electricidad que las bombillas incandescentes y por último duran 10 a 13 veces más. En verdad, para mucha clase de equipos en mercados competitivos tales como motores, bombas industriales, televisiones, refrigeradores, alguno de ellos son modelos altamente energéticos eficientes y no cuestan más que los ineficientes. Aún más importante que todas estas tecnologías baratas está oculta una revolución en el diseño de los equipos que las combina y las aplica.

Vehículos de Oportunidad

El transporte consume el 70% del petróleo norteamericano y ésta genera un tercio de las emisiones de carbono de los países. Esta es ampliamente considerada como la parte más intratable del problema sobre clima. Pero el transporte ofrece enormes oportunidades para la aplicación de la eficiencia.

A pesar de los 119 años de refinamiento del petróleo, los autos modernos permanecen asombrosamente ineficientes. Solamente el 13% de su energía debido al combustible alcanza las ruedas – el otro 87% es disipado ya sea como calor o ruido en el motor o la transmisión o es perdido al frenar y en accesorios tales como los aire acondicionados. De la energía entregada a las ruedas, más de la mitad calienta los neumáticos, el aire y el camino. Tan sólo el 6% de la energía del combustible acelera el auto (y toda esta energía se convierte en calor de frenado cuando uno se detiene). A causa del 95% de la masa acelerada es propiamente el auto, menos del 1% del combustible termina moviendo al conductor, por increíble que parezca.

Pero la solución es obvia desde el punto de vista físico: reducir considerablemente el peso del automóvil el cual produce la pérdida de tres cuartas partes de la energía perdida en las ruedas. Cada unidad de energía ahorrada en las ruedas al disminuir el peso ahorrará un adicional de siete unidades de energía antes perdidas en el camino por las ruedas. Lo concerniente respecto al costo y la seguridad ha desanimado largamente para intentar construir autos más ligeros, pero ahora con los nuevos materiales modernos, ligeros pero sólidos – nuevas aleaciones metálicas y avanzados composites de polímeros – puede rebajar drásticamente la masa de un auto sin sacrificar la seguridad. Con tales materiales noveles, los autos pueden ser grandes, confortables y seguros sin ser pesados, ineficientes y hostiles, ahorrando combustible y vidas.

Energías Renovables

Mediante eficiente mejoras podemos ahorrar más en el tema de la electricidad, además ésta cuesta menos de lo que ahora pagan las empresas por el carbón, éste último genera la mitad de la energía de los EEUU y el 38% de sus emisiones de carbón de combustibles fósiles. Además, en los recientes años alternativas a las plantas de energía quemando carbón – incluyendo las fuentes renovables tales como la energía eólica y solar, así también como la descentralización y cogeneración de plantas que produzcan juntas electricidad y calor en edificios y fábricas – han empezado a dar pasos agigantados. En todo el mundo la capacidad de generación colectiva de estas fuentes es actualmente mucho más grande que la energía nuclear y crece 6 veces más rápida. Esta tendencia es totalmente la más impresionante debido a que los generadores descentralizados enfrentan muchos obstáculos para una justa competencia y usualmente obtienen mucho menos subsidios con respecto a las plantas quemadoras de carbón o las plantas nucleares.

La energía eólica es sin embargo la historia con mayor éxito. La producción en masa y el perfeccionamiento de la ingeniería ha producido grandes y modernas turbinas de viento (generando 2 a 5 megavatios cada una) extremadamente fiables y ambientalmente muy benignas. Dinamarca actualmente obtiene del viento un quinto de su electricidad. Por otro lado, la capacidad global de la generación nuclear se esperada a que permanezca sin cambios y luego decrezca. La crítica más común a la energía eólica - es que produce electricidad muy intermitentemente – que no ha cambiado de ser un serio inconveniente. En partes de Europa que obtienen en algunos días toda su energía del viento, los modernos molinos han vencido el problema al diversificar las localizaciones de sus turbinas de viento, incorporando predicciones del viento en sus proyectos generadores e integrando la energía eólica con hidroelectricidad y otras fuentes de energía. La energía eólica y solar trabajan particularmente bien juntas, en parte debido a que las condiciones que son malas para el viento (tiempo calmado, soleado) son buenas para la energía solar, y viceversa. De hecho, cuando éstas son combinadas correctamente, instalaciones eólicas y solares son más fiables que las estaciones de energía convencionales.

Aunque las celdas solares actualmente cuestan más por kilovatio-hora que las turbinas de viento, estas pueden ser aprovechadas si se integran dentro de los edificios, ahorrando el costo de los materiales del techo. La energía solar es también la forma más barata de obtener electricidad para millones de personas, principalmente en los países en vías de desarrollo, que no tienen acceso a líneas de energía.

Epílogo

Hoy en día el incremento de la competitividad de la economía global está estimulando y perfilando un emocionante nuevo patrón en inversión de energía. Si los gobiernos pueden remover las barreras institucionales y aprovechar el dinamismo de la libre empresa, los mercados naturalmente favorecerán la elección que genera riqueza, protegiendo el clima y construyendo una seguridad real al reemplazar los combustibles fósiles con alternativas más baratas. Este manejo de la tecnología converge los negocios, el medio ambiente y los intereses de seguridad – creando abundancia a propósito - manteniendo la promesa de un mundo justo, rico y seguro.

e-mail: jcgonzalezg@gmail.com

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